LA IGLESIA:

Una Iglesia mediadora para el siglo XXI

RESUMEN:

El Dios que se nos revela a través de Jesús es un Dios próximo, que se hizo Hombre y pasó entre la gente escuchando, aportando consuelo y sanando. Jesús promovió que nos sintiéramos hermanos; no hizo proselitismo de ninguna secta de la época, caminó con los pecadores y gentiles, anunció la Buena Noticia con lenguajes y actuaciones comprensibles y mostró entrañas de Misericordia con los que sufrían.


Nuestra misión, como testigos, es estar cerca de la gente que sufre y busca, construyendo fraternidad, situando la mística y la profecía en lo cotidiano; promoviendo la reconciliación y dándonos la Paz.

Decimos que Jesús es mediador porque acercó a Dios a los hombres, pero también porque propició el encuentro fraterno entre ellos y porque anunciaba un mundo mejor para todos.

 Los cristianos debemos esforzarnos en ser mediadores, generando vínculos de colaboración en las sociedades en las que vivimos. Denunciar y transformar las estructuras y relaciones que dividen y oprimen a las personas es condición necesaria para llevar a cabo esta misión. Y hacer visible este rostro de Iglesia.

La Iglesia del siglo XXI es –y está llamada a ser de forma más perfecta y con mayor determinación– una Iglesia mediadora. Mediadora entre el Misterio divino y los hombres.

PREGUNTAS:


1º ¿En qué sentido, si nos sentimos parte de la Iglesia, estamos llamados a ser puentes?


Si nos sentimos parte de la Iglesia estamos llamados a ser puentes porque la Iglesia nos enseña a ser como Jesús y a acercarnos a él debemos ser mediadores, para hacer visible el rostro de la Iglesia a los demás para que así seamos aún más creyentes, como hizo Jesús.

2º ¿En qué momentos la Iglesia se puede convertir en muro?

La Iglesia se puede convertir en muro dejando de impartir la palabra de Dios ya que así se convertiría en muro entre lo divino y los humanos.

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